viernes, 12 de diciembre de 2008

El honor no tiene repuesto

Bonus $50 - $1000 3
Océanos de palabras se gastaron para demostrar la inmoralidad de una incentivación: sólo basta con recordar que un hombre de bien, un futbolista en este caso, conlleva la obligación ética de honrar a pleno al que le paga su sueldo sin requerir otro incentivo. De lo contrario rinde a medias porque no recibe un extra, oculto en el clisé: "No tiene nada de malo recibir un premio para ganar".

Pero esta novedosa chanchada que sucede en nuestro fútbol está un escalón arriba en el podio del espanto. Este episodio decididamente deja expuestos y sin retorno a ésos que suelen arrogarse la primacía del amor por los colores de su club, pero no son sino meros delincuentes que a la primera de cambio se dejan comprar por un fajo de billetes, para hacer una doble tarea sucia: presionar a sus ídolos para que se dejen ganar, con el ardid de asociarlos al negocio malhabido. Que luego los jugadores rechazaran la propuesta pasa a un plano levemente inferior, incluso sin entrar en la sospecha de que lo que los convenció de ir al frente fuera que la cantidad por hacerlo sea mayor que la de ir para atrás.

Ni siquiera da para pensar en la sorprendente ingenuidad de los que propusieron la trampa a esos barras: ¿no saben acaso lo frágil que es su fidelidad, lo torpes que pueden ser para guardar el secreto?

Claro, tal vez, unos y otros integren la clase de gente acostumbrada a jugar con cosas que no tienen repuesto: la vida, el honor... A estos tipos, sin más, se les suele ir la mano y se pasan de la raya. No es un eufemismo. Por caso, ya no sorprende que cada tanto debamos despedirnos hasta el próximo muerto. Tal vez ahora debamos despedirnos hasta el próximo soborno.
Fuente Diario OLE

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